11 de marzo de 2014

DESACTIVANDO LA CALLE: LA CONSPIRACIÓN DEL SILENCIO.




Me gusta la política...No, no es la palabra. Me veo fuertemente afectado por lo que sucede; tengo la certeza, sí, la certeza, de que el político nos engaña, nos roba y nos miente porque sabe que para él sus actos no tiene consecuencias penales (ni políticas). Con razón el Sistema diseñado por y para ellos les hace dueños del privilegio antidemocrático por excelencia: la impunidad. Con razón el Sistema diseñado por y para ellos provee para la Nación de un tipo de animal político carroñero: no puede ser de otro modo. Son muy graves las deficiencias del Sistema. El problema de "quién controla al controlador" es medular. 
Hace un tiempo comencé mi andadura en twitter. Al poco tiempo escribí algunas cosas para un blogg que buscaba colaboradores. No me gustó la experiencia de colaboración porque los tuits que presentaban mis post eran inequívocamente tendenciosos. Este "LA CONSPIRACIÓN DEL SILENCIO" fue presentado de forma partidaria cuando la verdad de la cosa es que el objeto de mi sospecha es el Bipartidismo-Bisagrismo (PP, PSOE y bisagras).
Hoy, cuando se conmemora el décimo aniversario de los atentados del 11 de marzo he visto a sus Señorías guardando, solemne y unánimemente, un minuto de silencio por las 193 víctimas mortales de la masacre. Trescientocincuenta hijos de puta, diputados, ciscándose de los vivos,de los muertos; de España y de los españoles; de la Justicia y de la dignidad. Un minuto de silencio que hiede a traición.Y siento la rabia y la ira por los diez años de conspiración de silencio que la Casta ha impuesto sobre este crimen que, no me cabe duda, es un crimen de Estado.
Por dolorosa, dura y difícilmente asimilable que sea la verdad, la mentira es infinitamente peor. Algun día se abrirán las ventanas. ¿Desearemos que no sea demasiado tarde? ¿Hallaremos el valor para ver lo que hay en la habitación siniestra?


<< DESACTIVANDO LA CALLE: LA CONSPIRACIÓN DEL SILENCIO.


Podría contar una historia breve, de trama telescópica, de sección desigual. Un simple torzal en la grande cuerda de nuestra Historia presente, una hebra de control del sistema. La que no se ve. La que nos hiela la sangre y las gargantas y posa en nuestros labios el silencio necesario para destruir nuestra Historia. Siniestra historia de creación del silencio. Silencio necesario para perpetrar un crimen de Estado. Silencio para cercenar ante nuestros propios ojos e impotencia la trayectoria histórica-en el sentido inteligible que daba J. Marías a las Trayectorias-de un Pueblo. La libertad y la espontaneidad son acalladas cada vez que la “contingencia” criminal va a ser respondida con la reacción natural de la sociedad. No hay casualidad. Los actores de la verdadera conspiración dirigen las masas como el bombero experto  ataca el incendio forestal. En un momento dado el Conspirador enciende un contrafuego, un pequeño incendio controlado sobre el que insufla con virulencia la ventaja de los vientos revirados allá en las angosturas de los barrancos. Conoce el bombero las trayectorias del calor y la orografía; como conoce el Conspirador  a la perfección las fuerzas desatadas y los sortilegios escondidos en El Príncipe de Maquiavelo y en las artes oscuras de vudú de pueblos de su alumno aventajado, Goebbels. Manipulación de masas. El fuego controlado de la masa consume el incendio espontáneo del ciudadano, incontrolable en la plena consciencia de sus derechos y responsabilidades. Podría contarse una historia, y podría contarse un desenmascaramiento sin par en un Pequeño breviario sobre la destrucción de las Indias, que, como en el de Bartolomé Díaz de Las Casas, propiciase una Leyenda Negra sobre nuestra Casta Política a un tiempo servil con la finanza y a un tiempo finanza misma. Una leyenda que, ésta sí, hiciera rugir en nuestros corazones la rabia infinita y despertase así  la dignidad del silencio>>

1 comentario:

  1. Magnífico Ezequiel, incontestable...me encanta la metáfora del fuego, y siguiendo con ella...despertemos del siniestro silencio de los muertos vivientes con una gran explosión espontanea de los ciudadanos que prive d oxígeno al fuego controlado de Maquiavelo y lo extinga para siempre.

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