28 de octubre de 2014

EL PROCESO DE CASTIFICACIÓN



EL PROCESO DE CASTIFICACIÓN

La corrupción en España es endémica; propia del grande y del pequeño; total; transversal de derecha a izquierda y viceversa, de izquierda a derecha; medular de arriba a abajo y viceversa, de abajo a arriba.

La corrupción está en nuestra particularidad colectiva, es inherente y esencial, constitutiva del Pueblo español y de sus élites. La corrupción va de la mano de la sumisión y vasallaje de unos poderes por otros, o de la subordinación de ambos a un interés común fuera de la legalidad. Pero también va de la mano del silencio: ora producto del chantaje, ya del silencio cómplice, ora de los pactos de silencio. Sea por un pacto tácito entre partes, sea por la presión del chantaje, todas las capas sociales, todos los ámbitos de nuestra maltrecha España están copados por decenas de millones de seres corruptos.



A nivel general, la corrupción institucional se da…

I-La corrupción se da, sobre todo, de forma sangrante, en la Universidad española, donde la casta se manifiesta en la forma de profesorado ideologizado que se autorreplica: idéntica a sí misma, endogámica y deforme. Los fines de la educación como cómplice necesario para la corrupción son el adocenamiento, la uniformidad de pensamiento, la consecución de una sociedad acrítica, el adoctrinamiento de las jóvenes mentes en la dirección de determinados fines políticos y la tolerancia partidaria de la corrupción. Pablo Iglesias es Casta. Con honrosas excepciones, el profesorado universitario es Casta.
II-Se da, de forma hiriente, sobre todo, en el periodismo, donde las líneas editoriales en principio legítimas defensoras de principios han devenido en adscripción ciega a los partidos políticos que sustentan el negocio de la información. El estado de la profesión periodística es más sangrante si cabe que el de la propia comunidad educativa, habida cuenta de lo que cabe esperar del poder díscolo por excelencia en una sociedad abierta. Y con honrosas excepciones, el fin del periodista como cómplice necesario para la corrupción es el manejo dirigido de la información; sus armas, la intoxicación, la ocultación y la elaboración de versiones propagandistas de la realidad: cortinas de humo y construcción de relatos. Maruenda es Casta. El periodismo es Casta.
III-La corrupción encontró (¿buscó, debería decir?) amparo en la justicia a partir de las sucesivas leyes que desde 1985 subordinan el Poder Judicial al legislativo mediante la elección de una parte sutancial (actualmente la totalidad) de los miembros del CGPJ por las Cortes Generales (Congreso y Senado). El blindaje de los frutos de la corrupción y de los delincuentes corruptos es en sí mismo la corrupción de la justicia. Y con muchas honrosas excepciones, el fin de la Justicia es el amparo de la Casta que nos desangra. Garzón es Casta. Los profesionales de la Justicia son Casta.
IV- "Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie." (Carmen Calvo Poyato, 29 de mayo de 2004).
En la Banca pública: las Cajas de ahorros, manejadas por políticos, dan cuenta de las mordidas por adjudicación de contratos de obra pública y ocultan en su contabilidad la financiación irregular de partidos políticos, sindicatos y Patronal. La cuantía del rescate con dinero público (ese que es de todos a pesar de la Poyato) derivado de la práctica delictiva masiva nos da el orden de magnitud del desastre a que nos ha llevado la corrupción. Directivos de Cajas, partidos políticos, sindicatos y patronal  son Casta.

Nota: Casta es, según el diccionario, en sus dos primeras acepciones
  f. Generación, estirpe, linaje, ascendencia:
  Parte de los habitantes de una sociedad que forma clase especial, sin mezclarse con los demás.

Una última consideración: 

En base a la teoría de la circulación de las élites en una sociedad abierta según Pareto, si el orden imperante no genera una dinámica de circulación,”lo más probable es que detone una crisis política de legitimidad”. La circulación tiene una doble vía de alimentación (vías a medio camino entre opuestas y complementarias).La primera es de carácter horizontal (un grupo restante de la élite que no participaba en tareas de gobierno accede a él por una tendencia abierta al cambio). La segunda circulación es de carácter vertical (ascenso y sustitución parcial de la clase electa o élite). (*)
En este sentido, la aparición de una casta o la “castificación” de la élite gobernante produce una osificación, una rigidez patente en sus vertientes dirigente, educativa, periodística, judicial y financiera inasumible para una Sociedad Abierta que pretenda seguir siéndolo.


(*) http://www.sociologianow.cl/estratificacion-social-elite-y-sociologia-politica-en-pareto

2 de octubre de 2014

LA NEGACIÓN DEL HOMBRE EN DIOS




La vida esconde cosas en su realidad radical sin las cuales no podríamos vivir; cosas como la simulación, la intimidad...


Con Freud comenzó la fea costumbre de pensar que el fondo del alma es un pozo de mierda y que por ese motivo no la dejamos aflorar.

Y continúa...hoy continúa.

Yo sé, porque así lo experimento, que de la fuerza oculta de las fantasías nadie está libre, pero de la fuerza consciente que embrida o desata al animal, que también se posee, Freud no dice nada. Justo de eso que nos hace humanos, la consciencia, no dice nada. Según esa doctrina, todos nos reprimimos porque no tenemos más remedio.

¿Somos únicamente animales sujetos a física y química, genética y biología?

Y aún de esas fantasías a las que aludía, sólo acierta a decir que son oscuras, inconfesables. Peor aún: que son determinantes materialistas de la personalidad. Esto es clave: solo permanecen ocultas una serie de pulsiones negativas a las que no podemos dar salida en sociedad; y son esta serie de pulsiones negativas las que sustentan "la voluntad de poder" y "la voluntad de vivir" de Nietzsche y Schopenhauer.

Por lo tanto y con ello, el materialismo psicológico está servido. Faltaba esta pata para el banco. Del materialismo cosmológico de Feuerbach al materialismo económico de Marx y Engels, saltando al materialismo "celestial" (Deus ex machina) de Nietzsche...para acabar en el materialismo psicologista de Freud.

Pero la miopía materialista...Miopía de lo triste, vulgar y rastrero; miopía de lo primario y reptiliano; miopía de la determinación material del hombre…Esta miopía materialista sumió al hombre en los círculos de la desesperación y la desesperanza: liquidaba sin paliativos la libertad.

Y, amigo, porque considero que en el fondo del alma hay también pasiones elevadas y el deseo de volar, y que existen metas que no viven reptantes por el suelo, creo en la dimensión sobrenatural del hombre. Digo bien, sobrenatural. Es en esta dimensión que el hombre propone y el hombre dispone con vista a dotarse de una trascendencia que la desesperación aborta en los corazones. Pudo Dios hacer en sí a un Universo de devenir autosuficiente, cíclico, con una serie de infinitos Big Bang en armonía senoidal, un universo perfectamente elástico por así decirlo. Entra en la esfera del individuo acoger o no este último aserto. Sin embargo…

Es el ateísmo de naturaleza tal que niega la grandeza de una finalidad que no sea la del mismo vivir, ya sea finito y egoísta, ya de absurda bondad. No se ha ensayado un respeto reverencial al reducto de la primera y última duda. No se ha ensayado el respeto que soslayaría las fuentes de la desesperación y finiquitaría la aguda enfermedad existencial. Y no se ha ensayado el respeto al hombre, a la vida y a la libertad que nos llevaría a buscar una propia finalidad con la que vivir con o sin Dios.

Pareciera que la historia del Hombre ha desembocado en un presente de tierra quemada en el que de la negación (muerte diría Nietzsche) de Dios se sigue el destino: la negación del Hombre…la inexistencia de la libertad.



LA NEGACIÓN DEL HOMBRE EN DIOS





Postdata:

Porque no sólo Dios se nos va por el retrete: también el anhelo profundo de trascendencia humana se va con ÉL; porque la esperanza escapa al círculo de la desesperación y porque la esperanza es constitutiva del hombre sano, por esto es que me rebelo con fuerza. Y, por lo mismo, titulo así: LA NEGACIÓN DEL HOMBRE EN DIOS.