30 de noviembre de 2014

Patada a la atmósfera: TRIBU, PUEBLO Y POPULISMO



TRIBU, PUEBLO Y POPULISMO

Odio la tribu, aborrezco la fuerza del número. En la fuerza del número se diluyen la falta de ética, la mentira, la cobardía, la injusticia y la sinrazón. El número se impone por el número. Ni por su valor, ni por su honor, ni por su nobleza. El número se impone por su comunión violenta.
"Venceréis, pero no convenceréis"...
Es por esto mismo, llevado a último término, que odio a quienes hablan en nombre del pueblo y aborrezco la misma noción de pueblo. Es pueblo el sustrato que de la tribu en la sociedad subsiste; primario, básico, primitivo, vulgar, antropófago y liberticida. Es pueblo una extensión geográfica de tribu.
Lo único que puede en efecto defenderse desde el número es la imposición-violenta si hace falta-de los postulados. Apelar a pueblo es hacerlo a la violencia como latente amenaza a toda contrariedad que se presente. El populista conoce bien el hecho y mediante arcano conocimiento de los bajos apetitos, se apropia de la voluntad popular.
El populismo es lo contrario a la democracia, antagónico esperpento. La una, democracia, basada en la voluntad individual de los ciudadanos libres e iguales; su antagónico esperpento, el populismo, en el atropello de la libertad individual, en la sumisión personal a la peste de la masa. Por ello, populismo y democracia son irreconciliables e incompatibles. Si en el mundo que viene una persona, cualquier persona, debe aspirar a ser respetado como tal por el valor supremo de su vida humana individual, la sociedad debe encaminarse a un concepto vivido y activo de ciudadanía. No enfocar la navegación hacia puerto de tal incierta naturaleza y virtualmente utópica arribada, es quedarse en esta ribera del mar a languidecer en la desesperación, en el hastío; solaz en la cualidad porcina del hombre presente.

25 de noviembre de 2014

Antipoesía: Vía




Vía


Mis sellos están labiados 
por el sello que con tus labios,
matasellaste, mi vida.
Porque no escapen de mí
Estampida:
tu savia en la despedida
y el despido…
de saberte ya no mía,
contengo el aliento y niña,
la vía…Callo,
niña…
Mis labios están sellados:
la vía sellada es mi Vía.

24 de noviembre de 2014

Antipoesía: Silencio



SILENCIO

El silencio es solo, es lleno,
reservado de sí mismo,
de sí mismo.
Porque así es el silencio:
cierto de sí mismo,
ahíto,
pleno,
conforme,
sencillo,
hogareño;
íncubo murmullo de la onda universal;
eco umbral de todo lo que es;
sigilo a secas
entre almas que comprenden
la armonía seducida
y compréndense
en la sola soledad.

Antipoesía: Qué cosa sea…



Qué cosa sea…


Qué cosa sea,
que hacer lo que te gusta
acelera el tiempo
y aquello no te gusta.
Y hacer lo que no gusta
retiene el segundero
y aquello no te gusta.

Contrario al hacer es el sentir,
y al decir
contradecir;
y al hacer lo que se dice
el decir lo que se hace.

18 de noviembre de 2014

PUEDES SER RARO



SOLEDADES


<Para el que enferma gravemente en la juventud de su vida, el tema central de la existencia aparca todo lo demás: con la esperanza puesta en vivir, en vivir con mayúsculas otros días, la médula en cuestión es la supervivencia. El enfermo grave dirige la vista a lejanos horizontes donde ¿moran? otros días que él o ella revestirán de amplitud espiritual y expectativas físicas; otros días que son soñados desde el ocaso en la ventana. La vida herida dentro del miedo llora unos minutos cada día cuando se baten en la soledad las fuerzas acopiadas. Saturno al acecho, Shapatu.


Para el paciente grave de una enfermedad rara la soledad es peor. Rodeado como está de una suerte de incomprensión social debe sentir, a lo sumo y con suerte, que es la isla familiar la Tierra toda que impotente le observa mientras él se adentra en el mar. Shapatu.>


REFLEXIÓN


Reflexiono sobre la importancia social y humana de hacer este acompañamiento en la doble soledad que acogota al que está muy enfermo y padece una enfermedad muy rara. En un solo hombre, en una sola mujer y en un solo niño…en una persona está de alguna forma la humanidad en su totalidad, pero la conciencia sobre una enfermedad rara que afecta a un hombre, mujer o niño no es fortuna de las masas. Quiero entonces llamar la atención sobre la amenaza que supone en nuestras vidas una enfermedad moral nada rara, tan común como arrojar a la basura un trasto viejo, más grave que cualquier enfermedad rara: el abandono a su suerte de los enfermos singulares. ¿Somos vampiros selectivos que desaparecen a voluntad de los espejos incómodos? ¿Qué porción de humanidad empieza a merecer la consideración de todo el resto? ¿Qué cosa nos decimos cuando presumimos no dejar a nadie atrás?


Por eso, dedico este escrito a los profesionales de la medicina, con especial énfasis puesto en mi hermana Isabel, amén del resto de socios, personas, empresas e instituciones que con su comprensión, optimismo, ejemplo, trabajo y tesón hacen posible:


a) la labor médica puntera en cuanto al tratamiento de un tipo de cáncer muy raro, de cuyos avances y logros se beneficiarán por difusión innumerables enfermos de cánceres más comunes.


b) la labor social y humana de PHEIPAS (*) en todas sus dimensiones. En su doble acompañamiento al “enfermo raro”, en su ataque a la soledad siniestra; en su labor educativa y expositiva; en su pro actividad en la formación evolutiva de las conciencias personales en el seno de lo social; en su información sobre la incidencia de enfermedades raras (en realidad no tan raras) y en la identificación de su alcance virtual; en su apuesta por la medicina preventiva sobre los pacientes virtuales.

¿Qué harías si entendieras que tú también puedes ser raro?




(*) PHEIPAS:  (#PHEOCHROMOCYTOMA & #PARAGANGLIOMA & otros tipos de CÁNCER relacionados poco frecuentes. ACCIÓN SOCIAL)