23 de julio de 2016

Julio de 2016. EUROPA EN LLAMAS.




EUROPA EN LLAMAS

Sospecho. (Que es más que afirmar). 

¿Alguien piensa que Europa tiene aliados? ¿Alguien puede asegurarlo? Sospecho. Nos la están jugando desde hace tiempo. Mi impresión es que la ONU no dice ni pío: ni de DAESH ni del golpe en Turquía...Sólo abre la boca para afear a Europa el tratamiento de la crisis de refugiados, para presionarla. El polvorín multicultural estaba listo: faltaba apilar la leña y encender el fuego. Así DAESH. Artificial. Nos han mandado esta oleada de refugiados sin apenas un control previo de entrada, por la vía de urgencia. Contaban con el buenismo estúpido de nosotros los europeos. Entretanto, la coalición liderada por EEUU llevaba a cabo maniobras de distracción contra el Estado Islámico. Celebrábamos cada cabecilla caído como un regalo del tío Sam. Pero aquellas noticias siniestras que llegaban de Siria o Irak se nos presentaban en los medios con un tinte irreal. Horror mágico. A la hora del café el Califato llenaba los corazones de los que quieren ver a Europa de rodillas. ¿Y la prensa? Haciendo el caldo gordo. Todavía tengo presente el cabreo que llevo con Intereconomía: que no quede un malhechor sin ensalzar. Nuestros líderes pasaban de puntillas sobre el tema: y estaba el horror en nuestras puertas, entrando en nuestras casas, difundiéndose a través de las mezquitas. Para nuestros líderes de paja, no iba la cosa con nosotros.
Hasta que intervino Putin y desbarató el negocio del hijo de Erdogan. Ja, dijimos, un valiente con principios. Bombardeó Rusia columnas de camiones y parece que dejó clara la connivencia de Turquía. Después llegaron por miles y miles los refugiados: a Europa, no a Arabia Saudí. Qué extraño, ¿no? Y luego vinieron el autogolpe de Estado en Turquía , los atentados diarios y la nueva normalidad empeorada de Europa. Y nadie saca los pies del plato. Ni Rusia ni USA dicen nada...ONU calla. Sospecho. Y esta Europa de Babel y esta fuerza de papel está desorientada, fuera de juego, mientras los aliados -ninguno lo es de Europa- se preparan para hacer leña del árbol caído, leña del árbol que entre ellos y nosotros estamos derribando. El nuestro.
Otras piezas juegan, es claro. Y motivaciones globales e intereses y acuerdos sotto voce. Los imprevistos solo exigen ajustes tácticos dentro de la gran estrategia. En fin... Empieza la fiesta.


Nota.- En este contexto, ¿es realmente el Brexit un hecho inesperado? ¿Es una falla del plan? O de otro modo: ¿ha precipitado en catarata el curso de los acontecimientos? Sospecho. Porque creo que la verdad se acerca más la sospecha que la investigación a la verdad. Porque todo me suena a relato justificativo. Porque huele que apesta a versión oficial. Y por eso sospecho.

22 de julio de 2016

DE UN SURCO DE LA TIERRA




Una persona debe aprender a distinguir y delimitar los ámbitos, el mental del físico, el personal del próximo, el próximo del público, el virtual del atmosférico...y saber dónde demonios (porque esto va en parte de demonios) se agota cada acto y cada actitud. Ser humano es navegar en medio de todo eso; educarse, vivir y convivir. 

¿Qué puede uno pensar de ciertos comentarios sexuales de las personas públicas? ¿Y de las personas en público? Para empezar, hay que decir que una tenue línea separa los comentarios referentes al sexo y los considerados sexistas. El sexismo es un -ismo más de los que adornan hasta la náusea a esta castrante y auto flagelante sociedad. En realidad la clave está en los actos pero también en las formas: en nadar y saber guardar la ropa. En el navegar y en la pericia del navegante. Una persona se forma y se conforma frente a las situaciones. La cualidad moral de las personas juega un papel fundamental en sociedad. Pero es algo notorio y muy frecuente que muchas personas más o menos anónimas no saben guardar la ropa cuando asoman las narices más allá de su reducido público y que muchas personas públicas no saben nadar más acá, fuera de las cámaras. Sus palabras los desmienten cuando se ven en su ámbito privado o lejos de su extenso público. Son unos bocazas. 

El ex-alcalde de Valladolid (León de la Riva), no pocas de sus Señorías a lo largo y ancho del país y ahora Pablo Iglesias son ejemplos recientes de bocazas. En las formas se les trasluce el fondo. No son los únicos ni los peores: a muchos no son sus palabras sino sus actos los que les ponen en evidencia. Palabras o actos, formas y fondo. Toda forma esconde un fondo: y aún así entre lo que se dice y lo que se hace existe una barrera en la que mueren las palabras y no empiezan los hechos. Muchas veces no se estrella contra esa barrera más que la soberbia, forma más fea de impotencia. Yo no considero que deba verse como un delito el machismo por más que la forma machista hable del fondo que la alienta. Si considerase delito el machismo tendría que considerar delito el feminismo. Y no digamos los fondos que los alientan. Por pura coherencia. En estos asuntos se produce un cortocircuito sectario en la mente de algunas personas; pero a mí me da igual y sigo mi camino sin pretender que todo el mundo al que llego me entienda. Es muy sano no desvivirse por sacar de su malentendido a quién exige vivir en él. Total, pienso, ahí te quedas. Ambas manifestaciones me provocan la misma desazón. Miro a la mujer zaherida por el machismo y me pongo de inmediato a su vera; miro al hombre atacado por el resentimiento feminista y me coloco a su lado. Miro a uno y a otra respondiéndose con idénticos parámetros de torpeza y lo último que quiero es mediar. ¡Que se medien ellos solitos! Pero lo que no pretendo es ir por el mundo pidiendo cárcel para la legión de idiotas. Son seres mendaces y poco inteligentes, no criminales. Y pensar que sus estupideces tienen reflejo el el poder legislativo... El tipo de declaraciones a que aludía al principio de este artículo tienen un contrapunto sorprendente al otro lado. No tengo que mostrar las lindezas que sueltan las feministas notables, están a tiro inmediato en google. Volviendo a las declaraciones del principio siempre me han parecido...no quiero decir mal o tan solo mal. Si solo fuera eso. Son totalmente insuficientes para encarcelar a alguien o para echarle a la sociedad encima, como si no hubiera otra cosa más inteligente que hacer que convertir esta sociedad en un club de puritanos. Me parecen sobre todo declaraciones estúpidas, gratuitas, porque me pregunto: ¿qué aportan? ¿Acaso no ponen de manifiesto una tara en la persona que las hace, una impericia que no puede corregirse o un fondo que no puede mejorar? ¡Esa persona es pura estupidez! Sin más. No tenemos por qué rasgarnos las vestiduras. Menos aún a la vista de la que está cayendo. Llueven mucho más que palabras. Actos de verdadera barbarie de los no queremos darnos por enterados mientras seguimos a nuestro rollo.

Hay un mecanismo que sí considero efectivo y necesario. Muy sano. Es la elección personal. No hay forma de generalizar la sociedad. Generalizarla, como uniformarla, debe hacerla inviable. Una vez más lo colectivo como acto se demuestra inadecuado. La espontaneidad de la sociedad entendida como de hombres libres no debería ser interpretada como el arbitrio unívoco que emite un solo ser. La sociedad no es una única voz. La única voz le corresponde al individuo. Uno discrimina de entre la cantidad de seres humanos que conoce o de los que tiene noticia por sus actos, por su habilidad de habitar entre nosotros o junto a nosotros. Tenemos una noción de la sinceridad y una noción del interés; nos son innatas y no tenemos que explicárnoslas más. Tenemos un concepto de la justicia. De unas personas te apartas y de otras no quieres saber más. Otras se convierten en personas amigas.

Todo el mundo tiene boca y tiene manos. De lo que se dice a lo que se hace puede ir un trecho largo. Las cosas hay que decirlas. Que el lenguaje sea un hecho cultural no le resta nada: al contrario, lo valoriza. Porque escapa de la corrección. Lo que escapa de la corrección política me tiene medio ganadas las simpatías. Bajo estrictos criterios políticos, por la acción coercitiva de estructuras de poder, vamos construyendo una prisión conceptual de formas y modales. Pero sobre todo de miedo a hablar. Siempre quiero romper el cerco. Me violenta. Es violento y se entromete en todas las áreas de la vida. Busca mi intimidación. Comprime y reduce el lenguaje hasta que resulta muy difícil ejercer la libertad de expresión sin avasallar y sin ser avasallado. Vasallo avasallado...Nos lo estamos haciendo nosotros.

Los vicios de la mente no serán nunca erradicados, sin ellos no seríamos. No podemos todos a una no ser. Ni la conjunción virtual de todos los todosomoísmos juntos podrá conseguir al hombre-rebaño lobotomizado. No serán nunca erradicados. Nacerán díscolos en cada generación. Lo que estamos haciendo es una quimera peligrosa. Tratamos de sepultarlos, tratamos de negarlos. Pero es en vano, es una estafa. Esto no puede hacerse. El motor de los deseos está justo ahí, donde hierven los vicios hondos y se transforman, en lo reptiliano de nuestras almas, en el abismo del que salimos mediante un acto de superación. Como semillas que brotan de la tierra. Porque, ¿de dónde saldríamos sino del surco de la Tierra?


DE UN SURCO DE LA TIERRA

11 de julio de 2016

EL AMOR ANTITAURINO

EL AMOR ANTITAURINO

Hace 4 días nadie era antitaurino. El que ahora estemos inundados de amor a los animales no significa que todos los que nos precedieron en el gusto por la tauromaquia sean unos hijos de puta. El perro es doméstico, el gato es doméstico...y algunos otros animales más son domésticos, y de la convivencia con ellos aprendemos cosas y hasta una forma especial de amor que nos cambia la forma de ver. El león, el elefante, la cebra, el cocodrilo, el oso, el lobo, el delfín o el tiburón...son animales salvajes, y el placer de verlos desenvolverse en su estado natural nos conecta con lo que hemos perdido, aunque es fácil considerar la jungla el paraíso cuando se está a salvo al otro lado del plasma. Hay otros tipos de animales que poco a poco van saliendo de nuestra indiferencia a medida que vamos entendiendo rudimentos del equilibrio ecológico y constatamos el impacto brutal que hemos supuesto y suponemos en el ecosistema (según una teoría difícil de rebatir somos los agentes de la sexta extinción).
Pero hay otro tipo de animales que son comida, y sobre lo que hacemos con ellos corremos un estúpido tupido velo, porque aquí nuestros golpes de pecho contra el maltrato animal chocan de lleno con nuestra naturaleza predadora omnívora: lo depredamos todo, sea carne, sea tierra, sean las entrañas de la tierra, el agua, la vegetación, el subsuelo, la atmósfera...Ya disponemos incluso de un vertedero extra-terráqueo cuya mierda tiene nombre propio: basura espacial. Así que "la línea roja" de cada cual es personal y muestra a poco que se examine de cerca evidencias imborrables de hipocresía. La mía también: yo como carne. Pero beber leche, tomar huevos, consumir productos envasados, abonar la tierra e incluso darle golpes con un azada y herir el suelo son lindes criticables.
Miles de terneros y vacas cuya vida es infinitamente peor que la del toro bravo esperan ser los agraciados por próxima evolución amorosa de la conciencia. Miles de niños que viven en condiciones miserables de vida están en la cola esperando atención de los sinceros indignados. Millones de niños que serán abortados -digamos que dentro de diez años- esperan ver condonadas sus penas de muerte, ya que el amor a la vida parece estar abriéndose paso. Mientras tanto disfrutemos del amor angelical y antitaurino que pasea entre nosotros.


9 de julio de 2016

ROMPIENDO EL CERCO DE LAS MOSCARDAS

La pregunta no es que tengo yo contra la homosexualidad o contra los homosexuales. Es una pregunta que presupone que tengo algo contra "ellos", y entrecomillo "ellos" porque a su vez la presunción presupone que hay un "ellos" y un "nosotros", una barrera entre colectivos que yo nunca he levantado. Entre otras cosas porque aborrezco los colectivos, los aborrezco de corazón. Yo soy cristiano, no el cristianismo, soy un hombre blanco, no "los blancos" ni "el blanquismo", soy heterosexual, no "los heterosexuales". Solo creo en las personas: y de ellas, las personas, solo creo en las que creo. No creo en supremacías ni privilegios de clase o grupo, y mucho menos si aplican la fuerza o la coerción grupal sobre las relaciones en sociedad y sobre la ley bajo el paraguas de un lobby. La pregunta no es que tengo yo contra la homosexualidad, la pregunta es qué hace tal o cual lobby contra mi forma libre de vivir.


Hay corrientes de pensamiento - y lo que es más sangrante, ideologías cientifistas-, colectivos (lobbies), ideologías y grupos políticos que basan su manipulación en una sutileza que pocas veces desenmascaramos. Y así, sin más, te ves remando a la defensiva como si hubieras ofendido. El acoso es tan intenso ("los enemigos de la libertad no descansan") que vamos siempre a remolque, impedidos para el pensamiento. Ruido de carrozas, explosiones de confeti, fuegos de artificio y decibelios, hipnosis y movimientos vertiginosos, teatro: nunca hemos tenido la iniciativa contra las nubes de moscardas que nos acosan. Petrifican el debate, fosilizan el pensamiento y reducen a enemigo a todo crítico, ridiculizan toda protesta y demonizan todo argumento. Hay que romper el cerco.


ROMPIENDO EL CERCO DE LAS MOSCARDAS

2 de julio de 2016

JÓDETE, MUNDO




JÓDETE, MUNDO

  Se bate en retirada el optimismo hasta donde le es posible, pie en pared, hacia mí mismo, allá donde ya no me retiro detrás de un punto de vista objetivo (1). Tal vez lo experimentas tú también, solitario. Cuando mediando los cuarenta observo que el mundo camina con pasos desordenados hacia la contradicción radical del espíritu humano –desembocadura cierta del sinsentido de todos los valores (Nietzsche)-  me paro a pensar tres cosas.
  La primera: la civilización (el hecho civilizatorio) se termina. Como por las torrenteras de un diluvio universal... No, ¡no! Como por las torrenteras de un diluvio global, discurren las humanidades por la profusión de caminos dispersos hacia la anti-Roma. La de todos los caminos. Destino común. Sal del camino, solitario.
  La segunda: me pregunto si habrá lugar y margen para el renacimiento del mundo según los valores humanistas (naturales, mal llamados tradicionales) en un horizonte temporal que nosotros no veremos. Si vivirán los días, hay que decirlo, la espiritualidad decantada del cristianismo. También hay que decir que en este devenir del que somos rebaño el cristianismo es el enemigo a batir...Me temo: enemigo batido. Resistencia, solitario.
  Y la tercera es que el mundo me hace viejo a destiempo. ¿Qué es a destiempo? Tal vez algunos de vosotros sospechéis que esta estrategia infame es un programa de obsolescencia programada que se cierne sobre nosotros. ¡Artificial! Sin que nos demos cuenta nuestro tiempo ha pasado. No somos la generación que asumirá el robo de la libertad. Último robo. Somos la generación que ve un cadáver pasando por delante de nuestra puerta: y no sabemos de quién. Tú sí lo sabes, solitario. Dadle tiempo al coro de las consecuencias.
  Lucen como fuegos artificiales y bien artificiales las luciérnagas del nuevo orden mundial. Oscuras. Globalización y contra ella la universalidad agonizante. La nada que traen las noticias, el sinsentido común de los colorines, las luces que iluminan la gran contradicción: destino común.
  Religión postrera que te retiras a dónde te hemos querido, Optimismo, ¡a tu silencio! Ocúltate en el silencio clamoroso. ¿No lo queríamos así? Que se joda el mundo. Me declaro optimista en solitario.  Solo con lo puesto, optimista. Y al mundo, entre cegueras e ideologías y odio, entre ignorancia y mala fe, entre pestilencias del cadáver que corre por sus calles y por nuestra puerta, y en medio de su celebración estúpida, que le jodan.

(1) Cita que Albert Camus en  El mito de Sísifo pone en boca de Karl Jaspers