23 de agosto de 2015

LA ÉTICA DEL GUERRERO. Apreciando a Nietzsche.



DE LA GUERRA Y EL PUEBLO GUERRERO

""¿Vosotros decís que la buena causa es la que santifica incluso la guerra? Yo os digo: la buena guerra es la que santifica toda causa.""

El ser hombre (según Nietzsche) es proponerse un fin original, crearse un sentido, ser creador del propio sentido. Este sentido es el mecanismo vital mediante el cual el hombre encuentra e identifica sus propios enemigos (los valores enemigos de sí).

""Sólo os es lícito tener enemigos que haya que odiar, pero no enemigos para despreciar""

El guerrero se va conformando a sí mismo. Los enemigos, sus enemigos o su enemigo, son los que dan la medida de <su virtud>, la fuerza que ésta va desarrollando. Este 'en desarrollo' es esencial atributo de la moral de guerrero, el entrenamiento y la autodisciplina del "Tú debes" que resuena en el interior; pero que no proviene de una conciencia secuestrada, sino del espíritu liberado. El guerrero hace su propia guerra individual; lo contrario es gregarismo y causa impuesta desde fuera, sea ésta un opio u otro. El hombre se debe obediencia: al "Tú debes" interior.

“"Veo muchos soldados: ¡muchos guerreros es lo que quisiera yo ver! <Uni-forme> se llama lo que llevan puesto: ¡ojalá no sea uni-formidad lo que con ello encubren!"”

La virtud guerrear es verbo, sólo descansa para acometer retos mayores: ésa es la expresión de la voluntad de poder en el hombre, la de retarse y enfrentarse a sus límites, la de no darse la vuelta aunque la vida sea corta.

“"Debéis amar la paz como medio para nuevas guerras. Y la paz más corta más que la larga."”
“"Vivid, pues, vuestra vida de obediencia y de guerra! ¡Qué importa vivir mucho tiempo! ¡Qué guerrero quiere ser tratado con indulgencia!"”

El libertinaje, el nihilismo, la prédica de la muerte, son expresiones humanas de debilidad, y lo débil es malo porque debilita la voluntad de vivir; o es cobardía y rehúye el enfrentamiento. Los hombres no liberados son esos...

“"...seres terribles, que llevan dentro de sí el animal de presa y no pueden elegir más que o placeres o autolaceración. E incluso sus placeres continúan siendo autolaceración."” 

Por la debilidad el hombre no llega a ser hombre verdadero, rehúsa el mirar cara a cara a la muerte y aceptar su finitud; odia lo que es. Para la tarea ulterior de amar la vida debe el hombre liberar su espíritu, abandonar la doctrina de los” despreciadores del cuerpo”. Amar la vida...

“"¡Sea vuestro amor a la vida amor vuestra esperanza más alta: y sea vuestra esperanza más alta el pensamiento más alto de la vida!"”
"Yo no os trato con indulgencia, yo os amo a fondo, hermanos míos en la guerra!-
Así habló Zaratustra."”

LA ÉTICA DEL GUERRERO. Apreciando a Nietzsche.

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