Hoy. Hacerse mayor es olvidar entre el ruido la
cuestión.
¡Qué cuestión va a ser! ¡La cuestión!
Tal vez porque parece más
irresuelta que nunca; tal vez por lo contrario.
Y claro, si lo contrario, está
el horror al vacío.
Hacerse mayor es llenarse de ruido.
Cuántos de nosotros
hemos bajado al séptimo nivel de las cloacas a rescatar al niño abandonado como
un perro en verano con su juguete.
¿Cien? ¿Un trillón?
¡Qué juguete va a ser! ¡La cuestión!
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