"Ahora que estáis crecidos y hacéis vuestra
propia vida me miras con culpabilidad de abandono. Yo me río para adentro.
Siempre estaré aquí, y esta es la mentira que te cuento contemplando vuestro
vuelo. Lo importante es volar. Yo, si quieres, te he dejado por ahí un plan de
vuelo, entremetido entre papeles de risas y diversión, de charlas y monsergas,
de silencio también. Verás las erratas que no puedo corregir, sabrás un día que
todas las vidas son incompletas. Será ese el día, también sonreirás en tus
adentros; y al mirar opacamente me verás reír contigo. Reirán con nosotros las
generaciones. No te preocupes, llegará, comprenderás como comprendo a quien ríe
conmigo. Volverán los tiempos tangenciales; aún no. ¡Humor!
Si en algún momento pensáis que me tenéis abandonado
porque salís con chicas y con amigos, olvidadlo. Olvidadlo porque el
aburrimiento no entra en mi diccionario. El aburrimiento, ja, entra en el cuerpo
perezoso, pero la pereza no penetra el misterio. Olvidadlo. Olvidadlo y sed
jóvenes, amad el misterio y volaréis lejos, lejos, más y más lejos. Olvidadlo
porque es propio de la naturaleza no detenerse en penas, sino proyectarse al
vivirlas. Olvidadlo porque purificaréis el recuerdo. Que me necesitéis menos no
es una tristeza, es una alegría porque es sana; y es sana porque cumple con la
que es ley de vida. Así que olvidadlo. Y yo, prendidas en mi memoria nuestras
historias, seguiré vuelo."
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