Cuando el
ruido en las redes sociales nos encamina a la ceremonia de la confusión y los
medios de comunicación en general son un avispero de contradicciones, de direcciones
de la opinión enfrentadas en su múltiples aspectos parciales, de versiones informativas
opuestas entre sí, de medias verdades, mentiras y demás formas de manipulación,
podemos afirmar que no vivimos en la sociedad de la información; tampoco en la
sociedad de la desinformación. Cuando es imposible conocer la verdad de los
hechos por más instancias a que acudamos, podemos afirmar con rotundidad que vivimos
en la sociedad de la DEFORMACIÓN. Porque en definitiva se trata de
imposibilitar el acceso a la verdad. En este caos de razón desorientada, en
este dominio magnético no polarizado, la verdad inducida es nula. El negocio y
los beneficios de la información alcanzan el cénit en la sociedad de la
Deformación.
SOCIEDAD DE LA DEFORMACIÓN
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