Cada cual extraiga
sus conclusiones. Que pregunte y se pregunte. ¿Se basta el Islam para esto?
Pregunta incómoda que concita a mi vera simpatías que quiero desdeñar. No debe importarme
convencer, sólo entender. ¡Silencio! Porque ha tenido cómplices necesarios
entre ideologías (multiculturalismo por ejemplo, el que lleva usando Francia
durante tres generaciones y exportando al resto de Europa), y con esto levantan
otros la cabeza, interesados en aquello que apuntale su visión preformada y
cancelada. Pero sigo mi camino, voy de paso y paso. ¿Equidistancia? Todo lo
contrario. Aproximación interesada: debe importarme comprender. Sigo. Entre los
artífices encontraremos a los países y bloques que luchan por el petróleo. En
el control geoestratégico de la zona el petróleo y el gas representan el objeto
del deseo presente (aunque esto es un juego de futuro y por tanto es objeto de
paso). Y aquí entran USA-Israel y Rusia: ¡Europa es sacrificable en este juego!
Éste es el presente. Surge una pregunta en extremo inquietante: ¿Quiénes son
rivales en este juego? ¿Quiénes se alían contra quién? ¿Y si USA-Israel-USA nos
la están jugando? Éste es el presente. Lo dejo en el aire.
Francia se
juega SER o NO SER. Francia, tras los atentados de París, no busca principalmente
responder a los ataques sino una afirmación de vida. Y perdurar. Europa se
constipa cuando Francia estornuda. ¿no es así? Nos están colando un gol por la
escuadra. El islamismo no es respondido en el mundo musulmán (apenas en Europa).
Entonces, el islamismo y silencio obtenido del mundo musulmán -fruto del miedo-
nos deja frente al odio. Que en la comunidad islámica de Europa apenas exista contestación es
preocupante y debe alertarnos al máximo. Dadle una oportunidad y promoción al islamismo,
armadlo, alentarlo también desde dentro, permitid que dé rienda suelta a su
odio y veréis la reedición de Al Ándalus. Me temo que la oportunidad ya se le
ha dado. Mas por sí solo no habría podido. Sin el concurso de los actores
principales (también de aquellos que
niegan serlo y suman su hipocresía a la ecuación) en el juego de poder que se dirime en Oriente
Próximo –mal llamado Oriente Medio- y la consecuente desestabilización de la zona, no
habría sido posible.
Pónganse los
puntos cronológicos de los que parte la situación actual. El ejercicio puede
merecer la pena, aún y sobre todo a riesgo de ser tildado de tal o cual forma. Pónganse
los hitos en la creación del estado de Israel en Palestina (1947-48), en la
Guerra de los Seis Días (1967), en las promesas británicas incumplidas a los
musulmanes de Oriente Próximo, en las multimillonarias ayudas a Palestina que
hicieron multimillonarios a los Arafat y compañía, en las promociones y derogaciones
de regímenes y sátrapas de la región y regiones colindantes, en Wall Street, en
el fracaso estrepitoso del multiculturalismo, en el colonialismo africano del
siglo XIX, en las revoluciones pendientes, en la justificación de los
atentados, en mayo del 68, en los atentados de Munich, en la primavera árabe, en
las suciedades de los servicios secretos, en las fuentes de financiación…y en
otros aspectos que se remontan muchos siglos atrás.
Y luego ustedes
reduzcan a lo que quieran y lo que quieran, pero no digan que eso es razón. Háganlo
bajo su responsabilidad y albedrio. No nieguen la complejidad de la Historia. Y
no piensen tampoco que la Historia pueda ser aprehendida por su filosofía,
porque la filosofía de la historia solo da trasgos y planos sesgados,
orientaciones misteriosas y sugestivas, visiones poderosas que son rebasadas y
pinchadas por la realidad como pompas de jabón. La realidad se mueve en un
nivel más profundo. Necesarias sugerencias, pero absolutamente insuficientes. A este respecto
me vienen las palabras de un estudio que leí, dirigidas a la obra de Oswald
Spencer, autor de la celebérrima ‘La decadencia de Occidente’: < Frente al papel que Hegel
quería asignar a la razón humana en la marcha de la Historia, observó Buckhardt,
tan burlona como resignadamente. “Nosotros…, no estamos iniciados en el
misterio de los fines de la Sabiduría eterna, y no los conocemos.” Sea como
fuere, nada se le antojaba más inadmisible que una descarada anticipación de
premisas erróneas, aunque era plenamente consciente de la siempre renovada
fecundación de la Historia por parte de la Filosofía, y en especial de la Filosofía
de la Historia. “De todos modos, debemos al centauro la máxima gratitud, y es
un placer saludarle aquí y allá, en el lindero del bosque de los estudio
históricos. Sea cual haya sido su principio básico, ha sabido lanzar algunas penetrantes
miradas a través de la maraña del bosque y ha puesto sal en la historia. Pensemos
en Herder.”> (*)
Que el
devenir de los grandes rasgos impersonales de la Historia sea previsible y evitable
es cosa que hay que poner en la rango de las dudas mayores. Porque si bien es
una cuestión inconclusa, sus respuestas tienen tintes siniestros y se encuentran
trufadas de peligros que colisionan con la concepción misma de la libertad. Por
lo tanto debemos extremar la precaución. Corremos un peligro cierto cuando
simplificamos el problema histórico: la pérdida de soluciones, la pérdida de
opciones, el sellado de las salidas. En resumidas cuentas, la merma de la
libertad. Si la historia volviese a empezar: ¿podría ser a grandes rasgos
distintas de cómo ha acontecido? Dicho de otro modo: ¿estaría el Oriente Fértil
en el mismo lugar preeminente? Mientras decidimos, mientras alentamos un estado
de razón, quizá lo más imperioso al hombre es saber ventear con conciencia de
la problemática que eso supone, con una visión más amplia, el presente a través
de la Historia; y quizá, también, sea lo mismo su más triste condena. E imposible
paliarla. Y tal como el ábate Galliani captase, la previsión sea una lectura
tendenciosa, la malicia que transforma los deseos del hombre en los frutos
prohibidos del bien y el mal.
Europa,
puesta bajo el paraguas de Estados Unidos, sin autonomía, hoy no pinta nada. Europa
debe tomar conciencia de su propio peso para asumir de nuevo su estatus perdido.
Sólo así el satélite se hace planeta. Solo así no se es en el juego de la
previsión un ente prescindible. Hoy no, hoy no hay paraguas. Lo diré: estamos
siendo traicionados, somos prescindibles ¡Estamos siendo traicionados! La masonería
con sus tentáculos ideológicos en todas direcciones (una hidra), tanto liberal
como socialdemócrata, conservadora como comunista, nos ha colocado en el punto
de mira. Entre los que teóricamente buscan solución teórica al conglomerado de acontecimientos
tenemos a los populistas. ¿Es descabellado pensar que los populismos son atajos
que nos llevan por la vía rápida a la rueda de triturar, a la misma rueda de
moler que dicen querer destruir?
Europa en el
tapete. A la vista de los acontecimientos, la imprimación sionista es evidente.
¿El Estado Islámico es un enemigo creado? No voy a ampararme en un número de
personas para sospecharlo. Me parece osado sospechar a solas: por lo mismo,
sospechar a solas me parece recomendable. Sospecho que el Estado Islámico es un
enemigo creado, alimentado y atacado de forma que se mantenga su magnitud. El
silencio oficial que lo ha revestido y la “prudencia” con que es atacado así me
lo hacen ver. ¿Han visto a Rajoy o a Merkel, al mismo Obama o a Hollande,
durante estos años dando prioridad a este tema “irreal”? Europa va a pagar
caro, ya lo hace, el seguidismo. La partida ha continuado y no nos hemos
enterado del surgimiento de un nuevo orden mundial. Actitud suicida. Ese
enemigo creado (creado por algo)
marcha contra Europa. Sólo anteayer, después de la masacre de París, ha sido
puesto en el foco del poder mediático. Que las atrocidades cometidas contra
cristianos y minorías en Oriente Próximo hayan sido denunciadas en medios
minoritarios o puestas bajo un velo extraño de surrealidad es revelador. Que tras París las atrocidades cometidas
por el ISIS hayan tomado por asalto el podio de la actualidad es algo que no
sólo se explica por el ombliguismo occidental bajo el cual miramos el mundo: la
omisión informativa ha sido deliberada. Repito lo que pienso: Europa está
siendo traicionada. Quiero apuntar, sin embargo, una precaución o reserva
análoga a la que se da entre Islam e islamismo en la dupla Sionismo y judaísmo.
Y distinguir entre los dos términos de los pares en la medida que sea posible…De
cómo ha de distinguirse no puedo decir nada; de cómo sea el sentido de justicia
y de la mesura que posea y decida poseer cada cual, tampoco. De los silencios
cómplices…piense cada cual. En el nuevo orden somos la ofrenda sacrificial.
Una nota. Veamos Ucrania. En Ucrania se ha gestado un conflicto artificial de la noche a
la mañana. Y entre dos mundos, el yanqui y el ruso, el tema de Ucrania
garantiza la quietud de Europa. Europa ha decidido jugar una carta pasiva.
Europa vive desactivada, pensando –ilusa Europa- que supone un freno a las
aspiraciones rusas, fiel a la alianza con USA. Ucrania nos paraliza. Europa al
matadero. Europa inerme.
Francia
se está jugando el ser o no ser. El multiculturalismo es una idea fatal en
sentido valorativo pero también y sobre todo en el sentido filosófico de la
palabra fatal: final de cultura. Ser o no ser. Tres generaciones nacidas con la
quimera del 68 han depositado a Francia en el nudo donde confluyen otros
cuellos de la hidra, en el lugar y momento exacto para la suma de los efectos
dramáticos. Veremos cómo de pertinaz es la reacción. Y veremos cómo de fatuo es
el proyecto europeo, cómo de firmes son los socios. Me temo lo peor. Ser o no
ser, he ahí la cuestión.
(*) TEORÍA E
INVESTIGACIÓN HISTÓRICAS EN LA ACTUALIDAD
Capítulo I:
OSWALD SPENGLER Y LA DECADENCIA DE OCCIDENTE, por Hans Herzfeld
EPÍLOGO
El
silencio es cómplice. “Si lo hice fue
porque me dejasteis” Hay que desenmascarar los silencios de consecuencias
globales. Hay silencios que guardan tabúes y anatemas que han de ver la luz. La
casa ha de respirar. El presente trágico que vivimos es la presa de una hidra
cuyos tentáculos pensantes se adentran en el pasado, entre el mito y el
mandamiento, la bruma y el documento, la memoria y las hagiografías. Otros apéndices
se adentran en los futuros con idéntica promiscuidad, entre realidad e
irrealidad: en paraísos, en realidades fractales, en contrafactuales, en expectativas,
en alianzas y en deseos.
Tan
falso es alojarse en el pasado como hacerlo en el futuro. Tan ilusorio. Las
causas del presente están delante y detrás, arriba y abajo, convenientemente
seleccionadas y deformadas por cada uno de los actores. Todos construimos así
nuestra memoria: la memoria es la justificación ad hoc. Ella pone su mirada en
la carretera y en los retrovisores; la memoria no es recuerdo.
Decían Schopenhauer
que nos alienta la voluntad de vivir y que en no desear está la clave para no
sufrir. Y respondía Nietzsche con la voluntad de poder, el perspectivismo vital.
En su nihilismo positivo el hombre, tras sancionar la muerte de Dios se afirma
a través de sus propios y nuevos valores. Su pensamiento ha sido infiltrado en
lo colectivo. Desde entonces los sistemas de Gobierno fijan el bien y el mal. Solo
cabe oponer una filosofía del cristianismo: la vida ocupa la cúspide, la
empatía entre los hombres marca el linde de lo irrenunciable. Tan o más
importante, el cristianismo filosófico adquiere sentido de las palabras más pétreas que Cristo haya pronunciado: "No se hizo el hombre para la Ley, sino
la ley para Hombre". Anótese dónde se coloca el acento en cada una de las
proposiciones, dónde las mayúsculas. Estas palabras de Cristo son el más contundente
alegato contra el Relativismo que se hayan dicho jamás Y de ellas se
desprende un corolario ecológico por difusión. El respeto y promoción de la
vida.