Una ola. Una marea. Un tsunami... El pensamiento grupal es una marabunta, un pulso destructivo carente de atributos humanos. La supuesta buena voluntad de la masa no es un freno a sus desmanes, como bien se ha visto a lo largo de la historia. La razón se pierde pisoteada en la avalancha humana, en la estampida. Para que prevalezca la razón, la autonomía del individuo debe estar a salvo en el seno de la sociedad. La razón no está hecha de masa.
LA ESTAMPIDA HUMANA
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