Ojo, Albert Rivera,
que una cosa tan "nimia" como vuestro voto en la investidura de
Susana Díaz puede ser punto de inflexión de nuestra historia. Te digo con todo
mi afecto, pues eres hombre de principios: no hay pacto anticorrupción que no
sea el de restaurar la independencia judicial. La sociedad está lo bastante
madura para acometer sin componendas la tarea de la regeneración, pero
demasiado cabreada para tragar o conformarse con sucedáneos de justicia.
Y nada más, Albert, desearte suerte, claridad de
juicio y buen criterio. Un saludo.
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