La vida esconde cosas en su realidad radical sin las cuales no podríamos vivir; cosas como la simulación, la intimidad...
Con Freud
comenzó la fea costumbre de pensar que el fondo del alma es un pozo de mierda y
que por ese motivo no la dejamos aflorar.
Y
continúa...hoy continúa.
Yo sé,
porque así lo experimento, que de la fuerza oculta de las fantasías nadie está libre,
pero de la fuerza consciente que embrida o desata al animal, que también se
posee, Freud no dice nada. Justo de eso que nos hace humanos, la consciencia,
no dice nada. Según esa doctrina, todos nos reprimimos porque no tenemos más
remedio.
¿Somos
únicamente animales sujetos a física y química, genética y biología?
Y
aún de esas fantasías a las que aludía, sólo acierta a decir que son oscuras,
inconfesables. Peor aún: que son determinantes materialistas de la
personalidad. Esto es clave:
solo permanecen ocultas una serie de pulsiones negativas a las que no podemos
dar salida en sociedad; y son esta serie de pulsiones negativas las que
sustentan "la voluntad de poder" y "la voluntad de vivir"
de Nietzsche y Schopenhauer.
Por lo tanto
y con ello, el materialismo psicológico está servido. Faltaba esta pata para el
banco. Del materialismo cosmológico de Feuerbach al materialismo económico de
Marx y Engels, saltando al materialismo "celestial" (Deus ex machina)
de Nietzsche...para acabar en el materialismo psicologista de Freud.
Pero la miopía
materialista...Miopía de lo triste, vulgar y rastrero; miopía de lo primario y
reptiliano; miopía de la determinación material del hombre…Esta miopía
materialista sumió al hombre en los círculos de la desesperación y la
desesperanza: liquidaba sin paliativos la libertad.
Y, amigo,
porque considero que en el fondo del alma hay también pasiones elevadas y el
deseo de volar, y que existen metas que no viven reptantes por el suelo, creo
en la dimensión sobrenatural del hombre. Digo bien, sobrenatural. Es en esta
dimensión que el hombre propone y el hombre dispone con vista a dotarse de una
trascendencia que la desesperación aborta en los corazones. Pudo Dios hacer en
sí a un Universo de devenir autosuficiente, cíclico, con una serie de infinitos
Big Bang en armonía senoidal, un universo perfectamente elástico por así
decirlo. Entra en la esfera del individuo acoger o no este último aserto. Sin
embargo…
Es el
ateísmo de naturaleza tal que niega la grandeza de una finalidad que no sea la
del mismo vivir, ya sea finito y egoísta, ya de absurda bondad. No se ha ensayado un
respeto reverencial al reducto de la primera y última duda. No se ha ensayado
el respeto que soslayaría las fuentes de la desesperación y finiquitaría la
aguda enfermedad existencial. Y no se ha ensayado el respeto al hombre, a la
vida y a la libertad que nos llevaría a buscar una propia finalidad con la que
vivir con o sin Dios.
Pareciera
que la historia del Hombre ha desembocado en un presente de tierra quemada en
el que de la negación (muerte diría Nietzsche) de Dios se sigue el destino: la
negación del Hombre…la inexistencia de la libertad.
LA NEGACIÓN
DEL HOMBRE EN DIOS
Postdata:
Porque no sólo Dios se nos va por el retrete: también el anhelo profundo de trascendencia humana se va con ÉL; porque
la esperanza escapa al círculo de la desesperación y porque la esperanza es
constitutiva del hombre sano, por esto es que
me rebelo con fuerza. Y, por lo mismo, titulo así: LA NEGACIÓN DEL HOMBRE EN DIOS.
Guau, es demasiado denso en tan pocos párrafos. El chuletón en cachitos, le daré vueltas a esto, me gustó mucho
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