DE LA GUERRA Y EL PUEBLO GUERRERO
""¿Vosotros decís que la buena causa es la
que santifica incluso la guerra? Yo os digo: la buena guerra es la que
santifica toda causa.""
El ser hombre (según Nietzsche) es proponerse un fin
original, crearse un sentido, ser creador del propio sentido. Este sentido es
el mecanismo vital mediante el cual el hombre encuentra e identifica sus
propios enemigos (los valores enemigos de sí).
""Sólo os es lícito tener enemigos que
haya que odiar, pero no enemigos para despreciar""
El guerrero se va conformando a sí mismo. Los
enemigos, sus enemigos o su enemigo, son los que dan la medida de <su
virtud>, la fuerza que ésta va desarrollando. Este 'en desarrollo' es
esencial atributo de la moral de guerrero, el entrenamiento y la autodisciplina
del "Tú debes" que resuena en el interior; pero que no proviene de una
conciencia secuestrada, sino del espíritu liberado. El guerrero hace su propia
guerra individual; lo contrario es gregarismo y causa impuesta desde fuera, sea
ésta un opio u otro. El hombre se debe obediencia: al "Tú debes"
interior.
“"Veo muchos soldados: ¡muchos guerreros es lo
que quisiera yo ver! <Uni-forme> se llama lo que llevan puesto: ¡ojalá no
sea uni-formidad lo que con ello encubren!"”
La virtud guerrear es verbo, sólo descansa para acometer retos
mayores: ésa es la expresión de la voluntad de poder en el hombre, la de
retarse y enfrentarse a sus límites, la de no darse la vuelta aunque la vida
sea corta.
“"Debéis amar la paz como medio para nuevas
guerras. Y la paz más corta más que la larga."”
“"Vivid, pues, vuestra vida de obediencia y de
guerra! ¡Qué importa vivir mucho tiempo! ¡Qué guerrero quiere ser tratado con
indulgencia!"”
El libertinaje, el nihilismo, la prédica de la
muerte, son expresiones humanas de debilidad, y lo débil es malo porque
debilita la voluntad de vivir; o es cobardía y rehúye el enfrentamiento. Los
hombres no liberados son esos...
“"...seres terribles, que llevan dentro de sí
el animal de presa y no pueden elegir más que o placeres o autolaceración. E
incluso sus placeres continúan siendo autolaceración."”
Por la debilidad el hombre no llega a ser hombre
verdadero, rehúsa el mirar cara a cara a la muerte y aceptar su finitud; odia
lo que es. Para la tarea ulterior de amar la vida debe el hombre liberar su
espíritu, abandonar la doctrina de los” despreciadores del cuerpo”. Amar la
vida...
“"¡Sea vuestro amor a la vida amor vuestra
esperanza más alta: y sea vuestra esperanza más alta el pensamiento más alto de
la vida!"”
"Yo no os trato con indulgencia, yo os amo a
fondo, hermanos míos en la guerra!-
Así habló Zaratustra."”
LA ÉTICA DEL GUERRERO. Apreciando a
Nietzsche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario